domingo, 16 de diciembre de 2007

ES POR VUESTRO BIEN


MICHAEL JACKSON Y BUBBLES, JEFF KOONS, CERÁMICA, 1988

Como llega la Navidad, lo mejor es la purgación moral a través de lo hortera para fundirnos así con el espíritu de la calle y pasar el trago cuanto antes.

Y además es tan fácil… Basta con buscar “hortera” en Google y es seguro que te aparece tarde o temprano una foto de Michael.¡Y ese pobre chimpancé!( que creo que se murió, por cierto). ¿Dónde se esconden esos maricones de las protectoras de animales cuando se les necesita?

ACLARACIÓN: Debido a las numerosas cartas llegadas a nuestra redacción solicitándolo y debido al enorme parecido entre mono y cantante, nos vemos en la obligación de añadir esta nota. Bubbles es el de mirada inteligente, a la izquierda de sus pantallas. Si aún así, debido a la ceguera temporal que produce el dorado de la obra o por cualquier otra razón, la dificultad de la identificación persiste, trataremos de dar nuevos datos, basados en las pesquisas de nuestros exclusivos detectives. Estamos trabajando en ello.

lunes, 3 de diciembre de 2007

THE HIGH COST OF LIFE FOR A SQUIRREL

BIDIBIDOBIDIBOO, MAURIZIO CATTELAN, 1996

Junto al cuerpo, sólo se encontró el arma y esta nota para la Sra. Squirrel:

"Querida Virginia:
Desde que te largaste con esa comadreja, he perdido las ganas de vivir.No sé freir un huevo, ni poner la lavadora esta de 38 programas.
Me he quemado todos los pantalones con la plancha, y como tengo que ir con el culo al aire, soy el hazmerreir del bosque entero.
Ayer me pisé la cola con la bombona de butano y hoy se me ha terminado el papel higiénico.
Lo de separar la basura para el reciclaje me está volviendo loco.
No puedo seguir así. He tomado una decisión: cuando encuentres esta carta, ya habré estirado la pata. Prefiero pegarme un tiro antes que morir de inanición.

Hasta siempre, peludita."

Fdo. B. Squirrel


P.D. Te aguantas, ahora la cocina la limpias tú.

LA GORDA

MADEMOISELLE COYTE COMO "LA BELLA ELENA",
H. TOULOUSE-LAUTREC,1900


“Como un niño a una rueda,
la llevaba rodando a todas partes.
Nunca le dije gorda. Le llamaba
mi pequeño planeta expulsado del cielo,
mi hamburguesita doble, mi ballena.
Yo no era su novio sino un extraterrestre
llegado del espacio para ponerla en órbita,
o una familia hambrienta la tarde de un domingo,
o el capitán Ahab. A veces explotábamos
de gozo, y mi bombona de azúcar me dejaba
malherido y feliz como un buzo mordido
por su propia escafandra. Una tarde al llegar
a una calle con fuerte pendiente la empujé
sin calcular las consecuencias
y se salió rodando de mi vida”.

Jesús Aguado, La gorda



Para A., una bromita.