Cosas que hacen latir deprisa el corazón...
Gorriones que alimentan a sus crías.
Pasar por un lugar donde juegan niños.
Dormir en una habitación donde se ha quemado incienso.
Advertir que un elegante espejo chino está un poco empañado.
Ver a un caballero que detiene su carruaje frente a nuestro portón y ordena a sus servidores que lo anuncien.
Lavarse el pelo, acicalarse y ponerse ropas perfumadas.
Aunque nadie lo vea, sentimos un íntimo placer.
Es de noche y uno espera una visita. De pronto nos sorprende el sonido de las gotas de lluvia que el viento arroja sobre las persianas.
Sei Shonagon, El libro de almohada
Gorriones que alimentan a sus crías.
Pasar por un lugar donde juegan niños.
Dormir en una habitación donde se ha quemado incienso.
Advertir que un elegante espejo chino está un poco empañado.
Ver a un caballero que detiene su carruaje frente a nuestro portón y ordena a sus servidores que lo anuncien.
Lavarse el pelo, acicalarse y ponerse ropas perfumadas.
Aunque nadie lo vea, sentimos un íntimo placer.
Es de noche y uno espera una visita. De pronto nos sorprende el sonido de las gotas de lluvia que el viento arroja sobre las persianas.
Sei Shonagon, El libro de almohada
1 comentario:
Cosas que satisfacen el alma.
-Contemplar el desproporcionado tamaño del producto resultante del esfuerzo ejercido en el W.C.
-Dar forma circular al residuo costrificado, delicada y concienzudamente extraido del nasal orificio.
-Que tu mayordomo llegue cabalgando al galope hasta la terraza del ala este de tu mansión, donde te hallas desayunando,y traiga en su mano el fresco vaso de agua de cada mañana, recien obtenido del exclusivo manatial de tu propiedad ubicado a 15 millas de tu plantación de algodón y 7 de donde estás.
-Comprobar una vez más, tras alinear adecuadamente sobre la pared tus 5 Picassos, 3 Dalís, 7 Matisses y 6 Degas, que el trabajo dignifica.
Epaminondas Wrigt, Manuscrito de colcha.
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